Mensajes recibidos por

María Matea

1989

13 de febrero de 1989

NOS ANUNCIA QUE HABRÁ DOS PAPAS COMO UNA SEÑAL DE LOS TIEMPOS Y NOS RECUERDA EL FUEGO QUE CAERÁ DEL CIELO EN EL AVISO

Tuve una visión. Vi a la Santísima Virgen vestida de café y con manto blanco hasta debajo de la cadera.  En la mano izquierda sostiene alzada a una niña que se retuerce, quiere irse de su regazo y otra niña de rodillas a su derecha recostada a su pierna la mira con dulzura.  Lleva un gran ramo de rosas blanco con rosado en la mano izquierda.  La Santísima Virgen con su otra mano, acaricia la cabeza de la niña que está de rodillas.

Ella dijo, refiriéndose a la niña que tiene alzada: “Esta es la humanidad pecadora que me ha sido entregada porque ha sido consagrada a mi Inmaculado Corazón en vuestros Rosarios.  La llevo junto a mi corazón esperando derretir el hielo de su corazón con el fuego de mi amor.  ¡Oh mis amados hijos penitentes! Ayudadme a difundir la llama de amor de mi Corazón Inmaculado repitiendo la jaculatoria: Oh Corazón Inmaculado de María, inundad a toda la humanidad con los efectos de la gracia de la llama de amor de vuestro Inmaculado Corazón, en cada misterio del Santo Rosario.  Pues el Padre Celestial quiere derramar sobre vosotros su amor salvífico, salvando vosotros a vuestros hermanos con vuestras oraciones.  Muchos se condenan porque son pocos los hijos que rezan el Rosario en el mundo entero.  Por eso debéis reforzar vuestros rezos con jaculatorias tan bendecidas por el cielo, para poder suplir la falta de oración y reparar por los pecadores de todo el mundo.

Mirad, mis amados hijos, ya casi se termina el tiempo de misericordia que os ha sido dado para convertiros, pero desde ya, el cielo os hace sentir con todos los acontecimientos diarios, lo que serán los tiempos de la tribulación, esperando vuestra conversión.  La única diferencia es que aún está atada una gran plaga que será soltada nomás se acabe el tiempo de misericordia.  Esta plaga azotará a todo hijo mío que no tenga la marca de Dios en su frente.

Pobrecitos de mis hijos herejes, paganos y católicos en pecado mortal, porque serán duramente azotados por el maligno.  No desconfiéis de la sagrada confesión cuando los sacerdotes absuelvan por grupos a los fieles; pues muchos buscarán a Dios por el castigo inminente.  Os digo que lloverá fuego del cielo en las almas de toda la humanidad, para la purificación de ésta.  Este tiempo será breve.  Antes de esto, la Iglesia de Dios pasará a las catacumbas, pues los blasfemos la perseguirán a muerte.  También mis hijos obedientes serán perseguidos pues los demás creerán que todo sucede porque ellos lo anuncian.  Desde ya debéis de denunciar el pecado con un corazón valiente y con fuerte voz.  El Santo Papa huirá a un escondite.  Al regresar querrán asesinarlo.  Y ahí mismo tendrá la humanidad como un gran castigo, la gran tribulación.

Después de este gran acontecimiento, el cielo esperará breve tiempo, esperando la conversión de los hijos de Dios; y si esto no sucede, habrá prodigios o milagros de amor por el mundo y después de esto si no se convierten, vendrán los tres días de oscuridad.  Mientras esto no ocurra la guerra azotará la tierra, tendréis dos Papas, el impostor y el vicario de Cristo en otro lugar fuera del Vaticano.  Pero habrá una gran manifestación de luz del cielo para la humanidad en los santuarios Marianos extendidos en toda la tierra.

Tened en cuenta todas las señales que el cielo os ha dado en este corto tiempo; pues el cielo ha sido y será como un libro abierto a mis videntes para la humanidad.

Id en paz y que la paz de nuestros Santos corazones esté con vosotros en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.”

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