Mensajes recibidos por

María Matea

1994

Noviembre 1994 (en los cuadernos no se consignó la fecha Adviento inició el domingo 25 de Noviembre en 1994)

MENSAJE DE CONSUELO Y NOS DICE QUE NO TEMAMOS A LOS ACONTECIMIENTOS PORQUE SU PROTECCIÓN SIEMPRE ESTÁ SOBRE NOSOTROS

Adviento 1994.

“Amadas hijas mías de amor.  No saben ustedes con cuánta alegría las veo hoy, después de haber pasado tristezas, sustos y alegrías desde la última vez que estuvieron cerca de mí hasta hoy.

Hijas mías muy amadas, en los próximos días oirán ustedes noticias que os inquietarán.  Pero entonces recuerden mis amadas hijitas de amor que los hijos que rezan el Santo Rosario y frecuentan los Sacramentos nada deben temer.  Vosotras estáis bajo mi Manto Santo; vuestros esposos e hijos también.  Por tanto, no temáis a los acontecimientos que como lluvias no deseadas vendrán y pasarán y vosotras, bajo el alero seguro de mi protección no os pasará nada, pero esparcid el aroma de mi presencia entre los conocidos y desconocidos vuestros porque esa es vuestra misión.  Reciban mi bendición de paz, amor y prosperidad de su Madre que os asegura triunfos en lo que a mi Corazón Inmaculado encomienden, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

2do mensaje en el mismo día

EL REZO DEL SANTO ROSARIO ES PODEROSÍSIMA ARMA PARA SALVAR ALMAS Y CONSEGUIR DE MI DIOS PAZ Y BENDICIONES, NOS ENSEÑA EL CAMINO A BELÉN (CAMINO A ADORAR EN ESPÍRITU Y VERDAD) POR MEDIO DE LA ORACIÓN, LOS SACRAMENTOS Y LA PENITENCIA

Mensaje a mis hijos del Inmaculado Corazón de María.

“Amados hijitos míos, en este peregrinar hoy llegamos a este día con la esperanza de ver renacer en vuestros corazones la paz, la oración y el amor.  Mis hijos amados, sólo con el amor a la oración y la frecuencia de los Sacramentos se pueden acercar a mi Dios en vuestras tribulaciones.  El rezo del Santo Rosario es una poderosísima arma para salvar almas y conseguir de mi Dios paz y bendiciones.  Para estas navidades este es el mejor regalo que vuestra Madre del Cielo puede daros:  señalar el camino de Belén por medio de la oración, los sacramentos y la penitencia, para llegar a su presencia sacrosanta a adorarle en Espíritu y Verdad que es lo mismo que decir, adorar con un corazón amoroso purificado en el sacrificio, el trabajo, la oración, los Sacramentos, el ayuno y la penitencia.

Oren mis hijos porque el Reino de los Cielos está entre vosotros, pero muchos desprecian la presencia de mi Dios entre ustedes por llevar una vida licenciosa. Oren mis hijos en sus tristezas, en sus angustias y alegrías porque la luz, la paz y las bendiciones vendrán del Cielo como respuestas sobre vosotros y los vuestros.  Id en paz, estad en paz, permaneced en paz en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.

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