Mensajes recibidos por

María Matea

1988

3 de febrero de 1988

 

SUFRIMIENTOS EN EL AVISO Y EL ADVENIMIENTO DEL TIEMPO DE LA JUSTICIA DIVINA SOBRE EL TIEMPO DE MISERICORDIA

 

En una visita a Jesús Sacramentado, después de alabarlo y bendecir su nombre, El apareció de pie a lado de un camino y me dijo:

 

“Ven a caminar”. Y yo le dije:  Señor, ayúdame a caminar por donde caminas Tú…

 

Él empezó, con sus pies descalzos, a caminar y yo detrás.  De pronto paró su caminar y dijo:

 

“Velad y orad para no caer en tentación, porque la carne es débil. Seguid la voz del Espíritu.  Gritad la voz del Espíritu.  Difundid la voz de mi Madre.

 

Se acerca, ya casi estáis viviendo los tiempos de la Justicia e Ira Divina.  Ya se os acaba el tiempo de la misericordia.  Oh humanidad pecadora, ¿hasta cuándo estaréis postrada?  Cuántas veces he deseado bajar mi mano y abrazaros, pero el mal es cada vez mayor.

 

Hija mía, advertidles a mis hijos que ahora más que nunca deben orar para ser fuertes en los momentos de dura prueba prolongada.  Seréis probados en todos los sentidos y potencias, en lo que os espera por vivir.

 

Hijos, que no se diga de vosotros, herí al pastor y se dispersaron las ovejas, porque esta vez no seré herido.  No os disperséis ante el terror, no huyáis, no sois bandoleros.  Quedaos con mi Madre Santísima al pie de vuestra cruz.  (En ese momento la Santísima Virgen María apareció a lado del Señor, vestida de blanco.  Con un manto blanco como con flores de oro en la orilla del manto, tenía sus manos juntas a la altura del pecho en señal de oración.  De ellas pendía un Rosario blanco resplandeciente muy hermoso. Ella es muy hermosa.  Su cabeza está inclinada hacia donde está el Señor.  Es de una mansedumbre y humildad tan grande.  Ella es bellísima en su pureza).  Ella estará con vosotros en todo momento y Yo estaré con vosotros hasta la consumación de la última gota de esa copa que ya está lista para la humanidad.  Y aún después de la prueba, estaré con vosotros siempre”.

 

Esta palabra la dirigió el Señor a todos los videntes y sus servidores que le sirven y le siguen en preparación para el tiempo de la gran tribulación.

 

La Santísima Madre dijo:

 

“Oh mis hijos, mis pequeños, sois tan pocos.  Multiplicaos en esfuerzo, sacrificio y oración.  Orad por los pecadores, por el clero; orad rápido, el tiempo se acaba; ya está en camino el Juez justo y santo.  Ayudadme en esta batalla decisiva y final, en el que el triunfo es del Cielo, de mi Corazón Inmaculado, del Corazón de mi Amado y Divino Niño Jesús.  No temáis cuando la tierra ruja bajo vuestros pies, no temáis cuando el aire suene amenazante.  No temáis al relámpago y al trueno, pues Nuestro Rey está por encima del aguacero.  No temáis a la naturaleza, ni al humano, ni a lo pagano, ni a lo mundano, ni a las fuerzas del mal.

 

En esos días, (de la tribulación) cada cuenta del Ave María, rezada en todos los Rosarios de vuestras vidas serán como una alfombra bajo vuestros pies.  Aunque la tierra se mueva, vosotros estáis firmes.  Recordad mis palabras con que os preparo.  Recordad las promesas de mi Hijo Jesús.  Al menos recordad que os amo con mi Corazón de Madre. Confiad en mi amor.”.

 

#EspirituSanto   #SantisimoSacramento   #Oracion   #GranTribulacion   #Penitencia   #InmaculadoCorazon   #SagradoCorazon   #Confianza   #RezoRosario