Mensajes recibidos por

María Matea

1988

1 de febrero de 1988

HABLA SOBRE CÓMO NOS PROTEGE CON SU MANTO

Por la tarde, la Santísima Virgen María vino a visitarme a mi casa. Y yo le dije: Madre: ¿Por qué tus ojos tienen esa expresión de susto si Tú no eres así?

“Hija, no es por ti, sino de ver lo que pronto sucederá y que tú no ves. Cierra los ojos y mira.  Mira”

Yo le decía: Madre no miro nada.  Y Ella contestaba: “Ten paciencia, ya mirarás”.

Al poco tiempo vi al Niño Jesús como de 10 años orando.  Ella dijo: “¿Qué ves, hija?” Y contesté: Al pequeño Niño Jesús.  Entonces Ella dice: “En realidad Él es mayor ya; pero sigue teniendo alma de niño ante el Padre Celestial”. Comprendí que el Señor Jesús oraba por nosotros.

Inmediatamente vi un volcán furioso que echaba fuego como un cañón. El fuego se elevaba a gran altura, el cielo se tiñó de fuego, abajo en la tierra no había luz de sol, sólo penumbra y las siluetas de la gente que corrían por todos lados.  En medio del caos, había muy pocas espigas como de sorgo, llenas de granos que las azotaba el vendaval.  Ella dijo: “Estas espigas son mis hijos obedientes”. Inmediatamente un gran manto azul oscuro se tendió sobre las espigas y ella dijo: “Lo veis oscuro, pero es mi manto que os protege”.  Además, había ángeles cuidando los bordes del manto para que no se levantara.  Un arcángel estaba al lado izquierdo.  Pero eran muy pocas las espigas y le dije: Madre, pero qué pocas espigas son.  Ella dijo: “Hija, por eso es mi angustia y tristeza porque los que están afuera son muchos”.

#GranTribulacion   #Obediencia   #Confianza