Mensajes recibidos por

María Matea

2023

13 de octubre de 2023

MENSAJE DE CONSUELO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA A LOS QUE SUFREN EN LA GRANDE APOSTASÍA

Mensaje de la Santísima Virgen María

(recibido durante el rezo del Santo Rosario)

“Hijitos míos, en medio de la turbulencia en que os encontráis, yo vengo con un mensaje de paz y de esperanza.  Amaditos de Mi Inmaculado Corazón, no temáis, porque todo ha sido puesto en oración en las Manos Santas y Benditas de Mi Dios. Son muchos los que oran por los males que azotan a este mundo, y se regocija Mi corazón al ver el celo por la Iglesia en Mis hijos desperdigados por el mundo. Gracias, hijitos míos, porque verdaderamente sois un bálsamo de amor que corresponde al Amor de los Amores. Gracias por ser fieles, por seguir adelante, por orar, por amar a Dios sobre todas las cosas.  Hijitos míos, el remedio de todos los males está en la adoración al Santísimo Sacramento, porque es el Dios vivo, presente y oculto bajo las especies del pan y el vino y a la oración. Todo está sujeto a la oración, los grandes males y las guerras terminarían si en los corazones cesara el odio, el rencor y volviesen sus ojos a Dios. El mundo que camina sin Dios se pierde, el mundo que cae de rodillas y reconoce la grandeza de Dios se salva. Y vosotros habéis escogido a Dios y por eso Yo os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amaditos míos, dentro de estos días de grande apostasía por los que camináis, oiréis un gran vendaval de falsedades disfrazadas de verdades, pero estad seguros de que el Pastor Eterno de las almas os pastorea y yo también.  Orad mucho por la salvación, por la conversión del mundo entero para que cese la impiedad, para que haya adoración. En un solo lugar, en donde se adore a Jesús Sacramentado, en donde se rece el Santo Trisagio, esa ciudad será preservada de gravísimos males.  No temáis los temblores de la tierra, ni el ímpetu de los huracanes, vosotros estáis en Mis manos, en Mis manos están también los vuestros.  Os llamo tanto a la oración como a la penitencia, confesaos frecuentemente para que el bien sea en vosotros y las bendiciones sean plenas en vosotros.  Mis hijos, en medio de las carestías y de las hambrunas que vendrán no perecerán porque yo su Madre, estaré con vosotros y el Dios de la Divina Providencia os proveerá del alimento espiritual y de los alimentos.  Id en paz, estad en paz, rezad mucho, hijitos, porque estos son tiempos de oración.  Es más grande la oración que las tribulaciones, por eso, orad, orad, porque el que ora se acerca a Dios.  La oración abre el corazón de Mi Dios. Y Mi Dios les bendice y yo os bendigo también en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  Seguid en paz.” .

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