Mensajes recibidos por

María Matea

1992

7 septiembre de 1992

HABLA DEL AMOR TRINITARIO QUE SE RECIBE A TRAVÉS DE ELLA POR MEDIO DEL REZO DEL SANTO ROSARIO Y DE CÓMO PODRÍAMOS GOZAR PLENAMENTE DE LAS DULZURAS DEL CIELO Y DE PODER DEJAR LAS MALAS PRÁCTICAS FORTALECIÉNDOSE CON EL REZO DEL SANTO ROSARIO

“Amados hijos de mi Inmaculado Corazón: recibid en este día el regalo más grande que una madre puede dar a sus hijos: el amor.  El amor que yo os doy no es como el amor que el mundo conoce, sino más bien en estrecha cercanía conmigo lo iréis entendiendo.  Yo os doy todo el amor que el Padre, el Hijo y Dios Espíritu Santo me tienen a mí.  Recibidlo como un torrente que santifica y purifica, en alegría, paz y sosiego.  Con esta suave lluvia de amor yo regaré en vuestros corazones y los de los vuestros, la semilla de la fe, para que sea ésta en vosotros serena, confiada y firme.

Estad en paz que todos los que a mí se acogen auténticamente no son defraudados.  He oído vuestros lamentos secretos cuando dicen mis hijos de lo tanto que vienen a mí y confían en mí, y en lo mal que les va y les sigue yendo.  En verdad os digo, hijos míos que aún bajo mi sombra mis hijos pecan y a veces gravemente, porque se dejan llevar por la tentación y las cosas que el mundo ofrece.  Hijos míos, solo con un verdadero cambio en el corazón es que podéis gozar plenamente de las dulzuras que el cielo os ofrece.  Hay mucha envidia y discordia en los corazones, mucho engaño, impurezas, enojos y maledicencia.  Hijos míos, hoy os doy la gracia de que puedan dejar todo esto, pero si realmente en vuestros corazones y en la carne hacéis el esfuerzo por dejarlo.  Solo así la gracia será abundante y plena en vosotros”.

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