Mensajes recibidos por

María Matea

1990

9 septiembre de 1990

HACE UN LLAMADO PARA QUE NOS PREPAREMOS PARA LAS PRUEBAS QUE SE AVECINAN PARA LA HUMANIDAD Y QUE OFREZCAMOS A DIARIO CON EL REZO DEL SANTO ROSARIO NUESTROS SUFRIMIENTOS Y SACRIFICIOS POR LA VERDADERA CONVERSIÓN DEL MUNDO ENTERO Y EN ESPECIAL DE LOS QUE LLEVAN EN SUS MANOS LA CONDUCCIÓN DE LOS EJÉRCITOS DE LA TIERRA.  ESTO PARA DETENER LAS GUERRAS

La vi de pie delante de mí con el niño Jesús y un ramo de flores blancas en su regazo.  Con la mano derecha hacia abajo sostenía un rosario de oro reluciente como el fuego y dijo: “Dulces hijos de mi Inmaculado Corazón, la paz sea con vosotros.

Os traigo mis bendiciones en este día para que podáis seguir caminando por el desierto que es este mundo y bajo el sol de vuestras tribulaciones.

Preparaos para las pruebas que se avecinan a la humanidad en estos días venideros.  Mi amado hijo el Papa Juan Pablo II, pronto encontrará mucha contienda dentro del vaticano.  Desde ahora será un mártir en vida, que ofrece la propia y sus diarios sufrimientos por mi causa que es la salvación del mundo entero.  Tiempo ha de pasar para que estas noticias se comprueben.  Os ruego como Madre amorosa que elevéis vuestras oraciones para que en su lucha tenga la fuerza de vuestra compañía y las luces necesarias para conducir hacia el Señor los rebaños de mi Dios.

Ofreced a diario con el rezo del Santo Rosario vuestros sufrimientos y sacrificios por la conversión de todos aquellos que llevan en sus manos la conducción de los ejércitos de la tierra, para que la guerra que se avecina se detenga.  Si llegase a estallar, cuatro días después de empezada el mundo entero se verá conmocionado en grande tragedia, muchos pecadores morirán y sus almas irán al infierno.  La guerra es una de las últimas armas de Satán, para procurarse en forma masiva almas para el infierno y regar el odio en los corazones de muchos de mis hijos que no irán a la guerra, de modo que ese odio es un buen abono para procurarse más almas para sí.  El rezo del Santo Rosario diario, la confesión frecuente y bien hecha y la comunión reparadora puede detener tanto mal y arrebatarle almas al enemigo.

Antes de que todo esto suceda, la tierra se verá conmocionada con grandes terremotos por doquier, sequías, plagas, pestes y conmociones en los mares del mundo.

En lo particular estad en guardia para que aún seáis hijos escogidos y muy bendecidos, mis pequeños videntes.  El enemigo afila sus armas en vuestras debilidades para terminar con la unión del grupo de videntes.  Acercaos más a mi corazón para que estéis a salvo.  Mirad hijos míos, si os alejáis de mí, caeréis en sus garras y en angustias quedarán vuestras almas.  Rezad mucho los unos por los otros.  Recordad que mi Dios que los escogió, a todos los quiere por igual; y en el amor entre hermanos daréis testimonios de que sois hijos de Dios, pues en esto os conocerán que son de mi Dios si se amasen los unos a los otros como Él os ama.

Orad insistentemente, orad con mucho amor en el corazón esperándolo todo del cielo y de Mí, que mi Dios bendecirá vuestros ruegos.

Id en paz.  Que el amor, la unión y fraternidad sea con vosotros y los vuestros en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo sea con todos vosotros”.

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